Vacaciones con bebés en avión, en coche o en tren

Las vacaciones son ese momento tan esperado por todos y en el caso de que los padres viajen con su bebé tendrán que fijarse en una serie de detalles antes de decidir qué modo de transporte elegir, siempre priorizando la comodidad de su pequeño, ya que será el acompañante más importante del viaje.

En el caso de que la opción elegida sea viajar en avión, el niño podrá hacerlo a partir de las tres semanas de edad y según las compañías aéreas se considerará bebé si tiene menos de dos años y en ese caso, no tendrá derecho a asiento e irá sentado con la madre o el padre.

De ese modo, al hacer la reserva se indicará que viaja con un pequeño, el asiento será más amplio y contará con un cinturón de seguridad acorde a su edad. También algunas compañías suelen facilitar una cuna para bebés, si el viaje es largo. Aún así, a pesar de que no tengan asiento, sí pagan seguros de viaje y se les requerirá que lleven su propia tarjeta de embarque.


Ventajas y desventajas de viajar en avión con un bebé


Lo cierto es que, como cada medio de transporte, el avión tiene ventajas y desventajas. Así, cabe destacar que los trayectos son más cortos, que existe la interesante posibilidad de encontrar billetes a muy buen precio con las líneas aéreas low cost, o que, a diferencia de viajar en coche, tanto el padre como la madre pueden prestar todo el tiempo atención al bebé… Pero, por el contrario, si elige el avión encontrará el problema del cambio de presión que sufrirá el bebé en los oídos. Para ello, los padres deberán acudir al médico con el objetivo de que descarte que el pequeño tenga problemas de oídos. Si es así, hay consejos que serán muy útiles para estabilizar la presión, tales como darle el chupete, el biberón o incluso que la madre en los momentos de despegar y aterrizar le dé el pecho (si la aerolínea lo permite).


Viajar en coche con un bebé: la seguridad por encima de cualquier otra consideración


Si la opción elegida es el coche, lo principal será, para la seguridad del pequeño, colocar una sillita homologada para coche y poner el cinturón de seguridad correctamente. Del mismo modo que este medio de transporte resulta muy cómodo por el hecho de que se pueden hacer todas las paradas que sean necesarias, que no hay más viajeros a los que se pueda molestar, que normalmente el bebé se queda dormido con el balanceo del coche… también hay que barajar la posibilidad de que algunos bebés se marean y será necesario llevar alguna bolsa de plástico y que si no se siguen correctamente las medidas de seguridad el coche es mucho más peligroso y tiene más riesgos de accidente que el avión.

Por último, ¿por qué no elegir tren? En el caso de que se decanten por esta modalidad de transporte, es interesante saber que hasta los seis años los niños suelen viajar de forma gratuita, por lo que resulta un medio barato. En cuanto al tiempo, los trayectos son más cortos que en coche pero más largos que en avión, aunque es más cómodo que volar en cuanto a que no habrá problemas con la presión y a que hay más espacio para atender al bebé.

Definitivamente elija un modo u otro de transporte deberá seguir ciertas pautas, tales como dar líquido al bebé para controlar su temperatura, llevar algún juguete para entretenerle, seguir las medidas de seguridad correspondientes y, sobre todo, evitar que el pequeño se sienta incómodo.